Hace algunas décadas, teóricas del feminismo organizacional, como Joan Acker, Marta Calàs y Linda Smircich, identificaron un fenómeno que hoy nos resulta familiar: las organizaciones no son entornos neutrales en términos de género. Este concepto, denominado “procesos generizantes”, también ha sido destacado por la Economía Feminista y numerosas organizaciones sociales. Sabemos que en nuestras organizaciones no sólo “somos género”, sino que también “hacemos género”, como bien explicaron nuestras compañeras de Mugarik Gabe en un vídeo sobre su “viaje” por el proceso de cambio organizacional feminista.
Los procesos de cambio organizacional feminista se caracterizan por la búsqueda activa de la equidad de género y la transformación de las estructuras y prácticas organizativas en consonancia con los principios feministas. Estos procesos van más allá de simplemente abordar la representación de género en la organización; se centran en desmantelar las jerarquías, roles y prácticas que perpetúan las desigualdades (no sólo aquellas relacionadas con el género, de hecho). Estos procesos no solo buscan crear entornos más equitativos y habitables dentro de la organización, sino que también pretenden contribuir a un cambio social más amplio hacia estructuras más justas e inclusivas en todas las esferas de la vida.
Huellas de un camino en red
Con el objetivo de explorar cómo las prácticas y propuesta de la economía feminista contribuían a la construcción de organizaciones más habitables en el marco de la Economia Solidaria comencé en 2029 un proceso de investigación-acción. Al calor de este proceso, se comenzó a estructurar un proceso de cambio organizacional con XEAS País Valencià, y desde donde participé directamente en el proceso que se denominó “Cap a una XEAS País Valencià” y que ha supuesto profundos cambios en la red valenciana.
En el marco de la articulación del proceso con XEAS País Valencià (que duró algo más de un año) se realizaron múltiples entrevistas y reuniones así como diferentes encuentros con el fin de hacer un diagnóstico de la situación de la organización y proponer una hoja de ruta para promover los cambios necesarios para construir una organización más habitable. A través del juego, del dibujo, y también del debate y la palabra, se articularon numerosos encuentros en los que participaron diferentes organizaciones de la red.
Gracias a un taller en el Congreso de Economía Feminista de 2019, se estableció el contacto y posterior vínculo con REAS Euskadi, quienes estaban atravesando su proceso de cambio organizacional feminista, conocido como “Plan Bizigarri”. Nace así un fuerte vínculo de inspiración con REAS Euskadi y el trabajo que han realizado durante 4 años en torno al concepto (aún en construcción) de “Organizaciones habitables”, para la identificación y desarrollo de modelos de organizaciones construidas desde miradas no patriarcales. Se busca así promover organizaciones abiertas, flexibles, diversas y democráticas, basadas en liderazgos cooperativos y que impulsen la participación y pongan atención no sólo en los resultados, sino también -o, sobre todo- en los procesos y en las relaciones.
Conclusiones de este caminar
Después del análisis de estas dos experiencias paralelas para la construcción de organizaciones más habitables y, en definitiva, feministas, se evidenció que impulsar procesos de cambio organizacional feminista fue una oportunidad para desaprender prácticas generizantes y construir organizaciones más habitables.
Además se extrajeron las siguientes conclusiones a nivel:
- técnico: se observó que estas organizaciones promovieron una mayor movilización de recursos, modificaciones en la estructura y diferentes modelos de trabajo, teniendo en cuenta de manera más consciente cómo el poder atravesaba estos espacios.
- político: los feminismos ganaron presencia y legitimidad en los proyectos de la organización, incrementando su participación en gran parte de las actividades, discursos e incluso en la misión y visión de las organizaciones.
- de cultura organizacional: se impulsaron numerosos cambios que, a pesar de ser los más invisibles y difíciles de identificar, fueron los que realmente permitieron que el proceso nunca terminara y que la voluntad de construir organizaciones habitables generara una revisión y cuestionamiento constante (o periódico) de las formas de hacer, estar y ser en la organización.
Las personas participantes en los procesos destacaron, así mismo, el aprendizaje personal que supuso, y se evidenció cómo estos procesos contribuyeron a transformar la cultura organizacional.
La contribución de las metodologías feministas participativas fue fundamental en estos procesos, desplegando herramientas que cuestionaron enfoques racionales y objetivos de otros procesos de cambio organizacional. También se exploraron los factores impulsores o limitantes de la transformación organizacional feminista, destacando la disponibilidad de recursos, el trabajo feminista previo en la organización y la voluntad política como elementos clave. Entre los principales desafíos se encontraba la dependencia de recursos económicos, la diversidad de entidades y la exigencia de participación. La capacidad de gestionar conflictos y la falta de visión estratégica también fueron determinantes en la profundidad de los cambios.
En conclusión, esta investigación proporcionó valiosos aprendizajes y recomendaciones para organizaciones interesadas en desarrollar transformaciones hacia espacios más habitables, inclusivos y feministas. La Economía Solidaria pudo avanzar hacia un paradigma más equitativo y sostenible, incorporando las perspectivas y prácticas del feminismo organizacional, un ejemplo sin duda para otros movimientos y organizaciones.
Artículo de Marta Maicas Pérez en El Salto.
Para saber más…
Consulta la tesis de Marta Maicas Pérez: https://riunet.upv.es/handle/10251/194807
Consulta la web de XEAS País Valencià: https://xeas.org/2022/12/05/cronica-de-la-jornada-una-economia-per-a-la-vida/
Consulta la web de REAS Euskadi: https://reaseuskadi.eus/hacemos/organizaciones-habitables/